Laboral & Personas

Riesgos de deterioro permanente acechan al mercado laboral

Un período de desempleo prolongado podría perjudicar en mayor medida a los jóvenes.

Por: Pamela Cuevas V. | Publicado: Miércoles 3 de junio de 2020 a las 04:00 hrs.
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Jaime Ruiz Tagle, Director del Departamento de Economía de la FEN de la Universidad de Chile. Rodrigo Montero, Director de la Escuela de Ingeniería Comercial de la UNAB.
Jaime Ruiz Tagle, Director del Departamento de Economía de la FEN de la Universidad de Chile. Rodrigo Montero, Director de la Escuela de Ingeniería Comercial de la UNAB.

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Las últimas cifras que reportó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) sobre el mercado laboral rartificaron los primeros coletazos de la pandemia. Los ocupados cayeron 7,6% en febrero-abril frente a igual lapso de 2019, o sea, se destruyeron 680.041 puestos de trabajos. Pero eso no fue todo. El alza de 15,4% de personas fuera de la fuerza de trabajo, reveló que hay 997,5 mil nuevos inactivos que están en condiciones de trabajar, pero que optaron por no iniciar la búsqueda de un empleo. Esto encendió una alerta.

Para el director del Departamento de Economía de la FEN e investigador del Núcleo Milenio en Desarrollo Social (DESOC) de la U. de Chile, Jaime Ruiz Tagle, los riesgos de un daño permanente están anclados al deterioro en los ingresos y a la destrucción de empleo. En su análisis combina la imposibilidad de salir a buscar trabajo, en medio de las cuarentenas, junto al hecho de que no se está generando empleo: “¿El daño se va recuperar en un mes o en cinco años no sabemos (…) ojalá en seis meses estemos mejor que ahora, pero habrá un daño acumulado importante”.

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En este marco, el director de la Escuela de Ingeniería Comercial de la UNAB, Rodrigo Montero, apunta a la duración del desempleo con especial foco en los jóvenes. “Una vez que la persona cae en este estado de desempleo, la probabilidad de salir de esa situación es mucho más baja de lo que era antes”, por lo que advierte que “hay que prepararse para períodos más extensos en el desempleo” a la luz del deterioro de la actividad productiva.

Tomando como evidencia lo que ocurre en Francia, en donde hoy el desempleo está en un mínimo de once años (7,8% desde un 8,1%), contenida principalmente por aquellos que se restaron de buscar nuevas fuentes laborales, señala que existen análisis sobre el daño estructural que esta crisis pueda tener en los jóvenes.

“Cuatro de cada 10 jóvenes empleados en el mundo están hoy o estaban trabajando en los sectores que son mas golpeados”, precisa.

A ello, agrega que en Chile la tasa de desocupación juvenil es el doble de la tasa nacional. “El punto de esto -subraya-, es que existen estudios que muestran que los jóvenes padecen a largo plazo los efectos del desempleo prolongado. Se conoce como efecto de cicatrización, es decir, les cuesta mucho más reincorporarse al mercado laboral en un período de recesión”.

Bienestar y pobreza

Otro riesgo que se advierte es el menoscabo en la productividad que ocasiona al romper el vínculo laboral.

“Cada semana que pasa, el daño es más profundo a la economía. Cuando se rompe la relación laboral y la gente se queda sin empleo, recuperar la productividad es muy difícil”, expone Ruiz Tagle.

Explica que la situación de una persona cuando se queda sin ingresos o ve caídas de ellos en el tiempo -como ocurre con quienes se acogieron a la Ley de Protección al Empleo o reciben el Ingreso Familiar de Emergencia- “tiene que echar manos al ahorro o endeudarse, y eso genera complicaciones adicionales desde el punto de vista del bienestar de los hogares”.

Esto, a su juicio, reviste una problemática que tiene dimensiones que van mas allá del daño económico que hoy “probablemente no estamos viendo”, como lo relacionado con la salud, el bienestar mental y la felicidad.

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